Anoche cuando veía la serie Isabel me quedé extrañada al observar que, como
telón de fondo de la segunda salida de Colón del puerto de Cádiz, aparecía la
catedral tal como actualmente se divisa
desde el mar. Inmediatamente me acordé de las descripciones del Cádiz de la época que Javier Fornell nos
ofrece en sus obras Llamadme Cabrón y
Lanza y Oro.
De uno a otro libro la ciudad va cambiando a mejor pero el hermoso edificio no empezaría a levantarse
hasta tres siglos después. Bien es verdad, que si hubiera aparecido una imagen fiel a las descripciones que el historiador
nos hace no se hubiera reconocido la ciudad y ya sabemos lo que vale una
imagen. Desde mi punto de vista considero que el
hecho histórico de la segunda partida del Almirante desde Cádiz, quedó
reforzada por ese detalle, pero los
historiadores se habrán llevado las
manos a la cabeza.
La Catedral Nueva, como la conocemos los gaditanos, empezó
a construirse en el año 1722 y no se terminó hasta 1838. Tardó mucho tiempo en
quedar concluida y por ese motivo cuando queremos dar a entender que algo se
alarga en el tiempo sin visos de finalizar decimos que “está durando más que la
obra de la catedral”.
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